Felicidad

Buscando la felicidad.
Muchas personas pasan la vida buscando la felicidad a lo largo de su existencia, buscan y buscan, pensando que en algún momento encontrarán la fórmula que le llevará a vivir de forma continua en un estado de felicidad.

La realidad es bien distinta, si bien es cierto que existe la felicidad, pero no en unas dosis tan elevadas y continuas como muchas personas pretenden vivir.

Según la RAE define la felicidad como; “estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno” o “Cosa, circunstancia o suceso que produce ese estado”.

Podemos afirmar que la felicidad son momentos puntuales por una “cosa, circunstancia o suceso” que nos produce este estado de ánimo. Por ejemplo, si conseguimos una meta que nos hemos propuesto; un trabajo, terminar unos estudios… la felicidad que sentiremos, esa subida de ánimo será muy gratificante pero… momentánea, aunque nos sintamos bien por ello, tenderemos a estabilizarnos a un estado original.

Se puede decir que la “felicidad” se puede encontrar en una estabilidad emocional, en un continuum emocional, más o menos estable, donde los altibajos no son frecuentes. Podemos hablar de un bienestar psicológico o una estabilidad emocional.

Esta estabilidad emocional, la encontramos cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, tenemos una buena autoestima, un buen autoconcepto, es decir nos “encontramos bien en nuestra propia piel”

Unas pinceladas de cómo conseguirlo es observar en nuestro interior y trabajar nuestras emociones día a día, aprender de nuestros errores, en vez de castigarnos por ello.

• Ponernos unas metas realistas, alcanzables y adaptadas a nuestras capacidades (para ello debemos saber hasta donde podemos llegar), para que después no llegue la frustración y con ello dañar la autoestima. Saber que todo no puede salir a primera y que la frustración no sea nuestra compañera diaria.

• Intentar no vivir en el “pasado-futuro”, ya que los sucesos que hemos vivido en el pasado por muchas vueltas que les demos a cosas del pasado no podemos modificarlos (si aprender de ellos) y respecto a los acontecimientos futuros aún estar por llegar y por muchas vueltas que le dé nuestra cabeza al “¿Qué ocurrirá?” (nuestros pensamientos nos crearán mil posibilidades de esa situación, que cuando llegue ese momento comprobaremos la imaginación desbordante que tiene nuestra mente), al final terminaremos cansándonos si llegar a ninguna solución. Si realmente podemos manejar es el presente, viviendo y eligiendo lo que queremos para nosotros mismo, seremos capaces de crearnos un futuro mejor.

Os animo a que busquéis esa estabilidad emocional que se encuentra en vuestro interior.

Diego de la Fuente.
Psicólogo