ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD (visión psicoanalítica)

La personalidad de todos nosotros esta compuesta básicamente por la misma estructura, visto desde la perspectiva psicoanalítica; un Ello, un Yo y un Superyó. Daremos unos matices muy básicos para llegar a entender un poco el funcionamiento.

¿Qué nos diferencia los unos de los otros? Si estructuralmente somos todos iguales; ¿por qué somos y nos comportamos de distinta manera?.

Dentro de esta estructura “universal” tenemos que tener en cuenta el contenido de ésta, es lo que en realidad nos diferencia, que quiero decir con esto; que desarrollaremos un contenido distintos los unos de los otros en relación a las experiencia y vivencias que hallamos tenido en nuestra infancia, sobre todo dentro de la familia y particularmente con los padres (por ejemplo un Superyó más potente si hemos estado en un entorno que nos han impuesto más normas, límites muy tajantes…)

Ya que hemos hablado del Superyó en el párrafo anterior empezaremos explicándolo brevemente. Esta instancia es donde internalizamos todas las normas, sociales, morales… Se va creando a través de  aquellos entes que imponen normas, prohibiciones, valores, que suele incumbir a los padres en un principio, en nuestra más tierna infancia. El Superyó no solo tiene un papel censurador, sino de protección para ser funcional en esta sociedad.

Una instancia intermedia entre el Ello y el Superyó, es el Yo, digamos que es el establece y organiza nuestra psique a partir del contacto con la realidad, en otras palabras, es un “negociador” entre el Ello y el Superyó, por ello que el Yo viva en permanente tensión, por las continuas demandas de nuestro Superyó y el Ello, tiene que llegar a un termino medio para un equilibrio emocional más estable y sano, sin que exista una ansiedad excesiva o una forma de vida no adaptiva.

Por último la instancia más básica, primitiva, donde habitan los contenidos reprimidos y todo aquellas vivencias de la infancia. Se basa en la búsqueda del placer, satisfacción y descarga de toda tensión. También habita en el Ello la parte constructiva y destructiva nuestra personalidad. Para entendernos mejor, el Ello, es el “niño” que llevamos dentro, aquel que se basa en el principio del placer; si algo me gusta lo quiero o lo hago, sin pensar en las consecuencias futuras, siempre anda en la búsqueda de descarga de descarga y búsqueda de placer.

 

Diego de la Fuente

Psicólogo